Los implantes dentales son una solución excelente para reponer tu sonrisa y en general, toda la funcionalidad de tu boca: masticación y sentido del gusto. Se colocan cuando falta una pieza dental o cuando por destrucción del diente hay que sustituir uno natural por otro artificial.
La implantología dental es uno de los tratamientos que más se ha desarrollado en el campo de la odontología durante los últimos años, y también uno de los que más se ha beneficiado de los avances tecnológicos y científicos. El objetivo de este tratamiento no es sólo estético, sino que también busca mejorar la salud dental y digestiva.
La pieza se sustituye por un implante osteointegrado. Esta restauración, preserva el hueso y evita la necesidad de preparar (tallar) las piezas adyacentes. Sobre el implante se coloca un pilar metálico y una corona.
¿Qué son los implantes dentales?
¿Cómo se colocan los implantes?
Colocación implante
Colocación pilar metálico
Colocación corona
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Son permanentes y duraderos. Una vez colocados, exigen los mismos cuidados que los dientes naturales y no requieren ser retirados para dormir, como las dentaduras removibles.
Esto unido a la resistencia y durabilidad que proporcionan, hace que el tratamiento con implantes sea una solución a largo plazo.
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Son muy naturales. Por un lado, las coronas que se colocan sobre el implante son muy estéticas y se asemejan al color de los dientes naturales.
Por otro lado, los implantes permiten al paciente tener las mismas sensaciones al masticar, hablar o sonreír que tenía con sus dientes naturales.
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Son seguros. La colocación de implantes es una cirugía menor, que tiene un buen postoperatorio. Se estima que, hoy en día, la tasa de éxito de los implantes dentales se sitúa en el 98%.
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No ocasionan daños al resto de dientes. Cuando colocamos un implante, el resto de piezas dentales sanas que se encuentran en la boca permanecen intactas.
Sin embargo, cuando lo que se coloca es un puente, sí que se compromete al estado de las piezas adyacentes, ya que es necesario tallarlas, reduciendo su tamaño.
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Ayudan a conservar el hueso. Con el tiempo, la pérdida de un diente acaba ocasionando la reabsorción del hueso, los labios comienzan a retraerse al perder tonicidad muscular y la apariencia se envejece.
Si se colocan implantes, estos ayudarán a que el hueso se mantenga, ya que el implante realiza la función de la raíz del diente, estimulando al hueso maxilar.
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Permiten una buena higiene. A diferencia de lo que ocurre con las prótesis tradicionales, los implantes son fijos y no hay que extraerlos para limpiarlos.
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Son muy rentables. Aunque los implantes inicialmente parecen la opción menos económica, a la larga son más rentables.
¿Cuáles son las ventajas de los implantes dentales?
Tipos de coronas dentales
Principalmente existen dos tipos de coronas:
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Corona de metal-porcelana, este tipo de corona es la más utilizada, está formada por estructura portante en metal y el revestimiento cerámico externo. En términos de costes, se caracteriza por una excelente relación calidad / precio.
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Corona de zirconio, es una solución moderna y eficaz para reemplazar los dientes perdidos. El material utilizado para la corona es zirconio, mientras que la parte exterior de la corona es cerámica.
Este tipo de corona proporcionan los siguientes beneficios:
- Material de color blanco que confiere un resultado más natural permitiendo un mejor paso de la luz a través del diente;
- Tienen un resultado estupendo, además son ligeras y muy resistentes;
- Tienen una superficie lisa que favorece la estética limitando la adhesión de bacterias;
- Al tener estructura blanca debajo, nunca se verán bordes grises en el caso que la encía se retraiga con el paso del tiempo.
La falta de dientes causa un inconveniente evidente que posiblemente ya hayas advertido: dificultad para comer.
Pero, además, ocasiona otros problemas menos evidentes:
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Se pierde la eficacia masticatoria. Aunque nos hayamos acostumbrado y a veces no lo parezca.
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La estética de la sonrisa empeora. Si es un diente anterior, se ve un hueco negro ya que el fondo de la boca es oscuro. Además, con la pérdida de dientes, las mejillas y los labios pierden la sujeción necesaria y se hunden. Cuanto más dientes falten, más cambia el rostro, aparecen arrugas y le hacen parecer mayor de lo que realmente es.
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El resto de dientes se desplazan a los espacios vacíos. La pérdida de una pieza puede afectar a los dientes vecinos, que debido a la falta de estabilidad, pierden sujeción, empiezan a moverse e incluso pueden llegar a perderse.
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Se pierde hueso maxilar. Si el diente ausente no se repone con un implante provocará la pérdida total de ese hueso y las encías se retraen con él.
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Pérdida del equilibrio de nuestra boca. Como consecuencia de la perdida de piezas dentarias, se produce una cascada de patologías; caries, movimientos dentarios, maloclusión, sobrecarga del resto de piezas, agudización de enfermedad periodontal, patología articular etc. perdiendo así el equilibrio de nuestra boca.
En definitiva, los implante dentales son una solución duradera que ofrecen una comodidad y naturalidad que ningún otro tratamiento es capaz de ofrecer.